Tras obtener los títulos de Capital Mundial del Diseño y Capital Europea del Turismo Inteligente, Valencia se alza con un nuevo galardón: será Capital Verde Europea en 2024.
El objetivo de la ciudad costera es convertirse en una ciudad climáticamente neutra e inteligente en 2030, apostando por un modelo de desarrollo urbano sostenible.
La gala de selección se celebró en la capital verde europea de 2022: Grenoble, que pasó el testigo a Tallín en 2023. Este premio reconoce el esfuerzo de las ciudades por apostar por el medioambiente y mejorar la calidad de vida de los habitantes.
Para ello se debe apostar por proyectos urbanos que sigan alineados con el Pacto Verde Europeo, la Estrategia de Biodiversidad 2030 de la UE o los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Algunos de los factores de que Valencia se impusiera ante la italiana Caligliari, su otra contrincante, son los siguientes:
Creación continua de nuevos espacios verdes
Valencia cuenta con varios espacios verdes integrados en la ciudad, como el Jardín del Turia (el parque urbano más largo de Europa), el Parque Natural de la Albufera o la huerta que rodea la ciudad. Aún así, en su compromiso por mejorar la calidad del aire, la ciudad continúa creando nuevos espacios verdes para así proteger y restaurar los ecosistemas naturales.
Espacios públicos más amables para el peatón
En los últimos años, la ciudad de Valencia ha evolucionado hacia un modelo urbano con menos tráfico y más amable con el peatón. Desde la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento a la actual construcción de la primera “supermanzana” en el cruce entre las calles Calixto III y Palleter, son múltiples las remodelaciones que se han realizado de los espacios públicos para favorecer una ciudad más verde con una mayor calidad de vida.
Carril bici que recorre gran parte de la ciudad
Entre esas remodelaciones de los espacios públicos, está la construcción de una red de carriles bici que abarcan más de 160 kilómetros.
Neutralidad de la huella de carbono turística para 2025
Valencia apuesta por reducir las emisiones de carbono del sector turismo con el fin de alcanzar la neutralidad carbónica para el año 2025.
Por lo tanto, Valencia tiene un gran objetivo de cara a los próximos años: desarrollar un modelo de ciudad sostenible, amable, segura y saludable, favoreciendo las energías renovables y la creación de espacios naturales.
Todo esto también favorece una movilidad más sostenible que potencia la economía local y el consumo de productos de proximidad.